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Al iniciar una dieta los nutricionistas indican suspender la ingesta de pan debido a que provoca un aumento de peso pero lo cierto es que si bien hay que tener en cuenta la cantidad de pan que consumimos diariamente también es importante tener en cuenta algunas otras cuestiones antes de optar por suspenderlo.

El pan francés común tiene unas 276 calorías en 100 gramos que se deben casi en su totalidad a los hidratos de carbono presentes en la harina. Sin embargo el valor nutritivo del pan depende de varias cuestiones. Por un lado hay que considerar la calidad de la harina, los agregados que tienen en especial los panes lacteados o tipo Viena y la forma de consumir el pan.

Para una buena digestión, debe ser masticado en forma correcta pues el primer eslabón de la digestión se realiza gracias a una sustancia que está en la saliva y que descompone el almidón. Si no sucede esto, el pan se “infla” en el estómago provocando sensación de pesadez y fermentación intestinal.

Un mito que hay que derribar remite al tostado pues muchos piensan que al tostarlo se eliminan calorías, algo falso pues lo único que se hace es eliminar agua por lo que se hace más digerible y apto para personas con problemas intestinales.