De niña no me gustaban los moluscos y cuando ibamos de vacaciones a la playa miraba con mucho espanto a mi madre que los comía con placer. Almeas, caracoles, ostras, me parecían espantosos. Menos mal que de adultos el paladar nos cambia y podemos disfrutar de una dieta mucho más variada, ¿no es cierto? El […]