frutos secos

Mi abuela materna, hija de andaluces, siempre tiene sobre la mesa un plato con almendras, nueces y avellanas. Ya de adulta se que los frutos secos hacen muy bien al organismo aunque como todo, uno no debe abusar ya que aportan muchas calorías. Pero comerlos hace bien así que veamos ahora las propiedades de los frutos secos y cómo debemos incorporarlos a nuestra dieta. Los frutos secos, dependiendo de la especie, son semillas que están cubiertas por una cáscara más fina o más gruesa y en su gran mayoría tienen poca agua, muchas grasas y también pocos hidratos de carbono. Tienen al mismo tiempo muchas vitaminas, fibras y minerales y hay alrededor de 25 clases de frutos secos cultivados por el hombre.

. tienen ácido oleico y linoleico

. tienen ácido fólico

. tienen mucho calcio (pueden suplantar a los lácteos en aquella gente que es intolerante a la lactosa)

. tienen mucha fibra

. tienen vitamina E y casi todas las vitaminas del grupo B

. tienen cobre, hierro, potasio y fósforo

. contienen selenio y zinc, que parecen ser muy buenos para la fertilidad masculina (número y movilidad de los espermatozoides).

¿Y cuáles son los frutos secos? Pues las almendras, los anacardos, las avellanas, los cacahuates, las ciruelas pasas, las nueces, los piñoñes y los pistachos, por ejemplo. Eso sí, hay que tener en cuenta que si bien es bueno comer frutos secos hay que moderar su consumo. Conviene comerlos durante el desayuno o en las meriendas, acompañándolos con cereales, quesos o legumbres y no extralimitarse pues 100 gramos de frutos secos equivalen a unas 400 o 600 calorías.