Yo creo que debemos comer un poco de todo y que ningún alimento debe estar completamente prohibido, salvo que lo indique el médico. Creo que una dieta variada es una dieta abundante en color, sabor y aroma y por eso no me gusta dejar nada fuera, ni siquiera la nata o el merengue, esos alimentos con tantas calorías pero que tan bien le sientan a los postres y a algunas salsas. Recuerdo que aprendí a batir la nata al punto chantilly de niña pero debo admitir que me anime al merengue de adulta y no hace mucho. Es que eso de batir y transformar se me antojaba casi de magia.

Pero veamos hoy algunos secretos para batir crema chantilly, merengue seco y merengue italiano:

  • Crema chantilly: la nata debe estar bien fría y tener al menos un 30% de materia grasa. Necesitas además esencia de vainilla y azúcar glas. Si quieres una nata esponjosa y usas batidora eléctrica te conviene agregar una cucharadita de agua fría por cada 250 cc de nata. Detienes el batido cuando las espátulas hacen dibujos y al alzar el batidor se forman picos. Ahí has logrado el punto chantilly.
  • Merengue seco: el bowl debe estar completamente seco y las claras a temperatura ambiente. Yo uso siempre azúcar glas para que no queden cristales y en este caso, para el merengue seco, necesitas fécula de maíz, esencia de vainilla y zumo de limón. Cuando estás batiendo las claras agregas en forma de lluvia el azúcar, después la fécula y cuando ya tienes un batido consistente agregas el zumo de limón y la esencia. Con esa mezcla ya puedes rellenar una manga y hacer los clásicos merenguitos secos.
  • Merengue italiano: este merengue es de cocción así que se prepara caliente. Llevas una cacerola al fuego con 1/2 taza de agua y 1 taza de azúcar hasta formar un almíbar espeso. Entonces comienzas a batir las claras hasta lograr un merengue firme y cuando el almíbar ha alcanzado el punto bolita blanda, unos 120ºC, se lo vas agregando lentamente en forma de hilo sin dejar de batir. Después dejas que el merengue se enfríe y quede firme.