En casa eramos tres niñas que comían muy bien, así que mi madre siempre estaba ideando platos y contando dinero para alimentarnos. Un día trajo a casa una máquina para hacer yogur: la máquina elaboraba seis potes de yogur en algunas horas al precio de uno sólo. ¡Gran solución! Aunque, para ser sinceros, ese yogur no era tan delicioso como el comprado. Cosa de niños.

He aquí una receta de yogur casero que no implica máquina alguna. El yogur casero sigue siendo una opción sana y económica a los productos industriales.

Ingredientes del yogur casero

• 1 litro de leche entera
• 1/4 taza yogur entero de vainilla o neutro
• frascos de vidrio

Preparación del yogur casero

Estiriliza frascos de vidrio con agua hirviendo. Deja los frascos con el agua unos 5 minutos, vacíalos y reserva. Toma un cazo, una olla de doble fondo (ya que estará mucho tiempo al fuego), y coloca la leche a hervir. Debe llegar hasta los 180 ºC, temperatura que puedes calcular con un termómetro de cocina.

A esta temperatura retiras del fuego, dejando el termómetro dentro. Cuando la temperatura baje a 115 ºC vuelcas el yogur dentro y revuelves para incoporar bien. Pasas la mezcla a los frascos y cierras con tapa. Dejas los frascos en un sitio cálido y no los mueves por espacio de 10 o 12 horas. Si es invierno y consideras que el ambiente está fresco puedes envolver los frascos con una toalla.

Si te gusta el yogur más espeso te conviene dejarlo reposar entre 3 y 5 horas más. Después, sí, puedes refrigerar el yogur casero 4 o 5 horas antes de comerlo.