salsa-de-soja

Yo adoro esta salsa desde que la descubrí hace muchos años sobre la mesa de un restaurante chino al que fui a comer con amigos. Mi madre nunca compraba “comida china” así que solo la conocía por el nombre pero jamás la había probado, pero cuando lo hice decidí que era algo que siempre debía estar en mi nevera.

Shoyu es el nombre original japonés de esta exquisita salsa, mientras los chinos la llaman sillao, pero ¿cómo se hace?, ¿cómo se elabora? Bien, se hace a partir de la fermentación de granos de soja con trigo tostado partido, sal y agua.  Dicha fermentación tiene lugar en unos bloques que se sumergen y se sacan varias veces del caldo de agua y sal durante todo un año por lo que salsa bien hecha lleva su tiempo de elaboración.

De todas formas, la mayor parte de la salsa de soja que encontramos hoy en las tiendas y supermercados es artificial y se produce mediante hidrolisis química con productos mas artificiales como colorante de caramelo, jarabe de maíz, endulzantes, glutamato de sodio y demás ingredientes que, demás está decirlo, no están un año entero fermentándose. Tengo entendido que en Japón está prohibido importar este tipo de salsas así que todas las que se venden aquí son originales 100%, pero lo cierto es que cuando estuve en Japón y probé su versión no me pareció muy distinta… un poco mas fuerte tal vez.

Original de China (dinastía Zhou, 1050 AC/256 SC),  la salsa de soja ha dado la vuelta al mundo siendo uno de los condimentos no solo mas antiguoa sino hoy en día mas utilizados a la hora de sazonar verduras, pastas, arroz o marinar pollo y otras carnes.