Más allá de los nutrientes naturales de cada producto la naturaleza de la cocina sana reside en la elaboración de esos mismos productos para que lleguen hasta el paladar conservando todas sus virtudes.
Un cocinero experto debe prestar atención a ese sano equilibrio entre el sabor y la riqueza de los productos, procurando cocinar los alimentos siguiendo un cuidado proceso para que el producto en cuestión no vea alteradas sus condiciones.
Una vez más, creo que vale la pena tener en cuenta algunos consejos básicos para cocinar sano y rico:
– Las frutas y hortalizas ricas en vitamina C como los cítricos, las fresas, el tomate o el ají por lo general se comen crudas. Es importante no cortarlas mucho tiempo antes de servirse porque el contacto prolongado con el aire hace perder esa importante vitamina.
– Para que las verduras de hoja no pierdan sus nutrientes, hay que hervirlas a fuego lento sólo con el agua del lavado, sin agregarle más líquido.
– Para conservar las propiedades de las patatas, es mejor lavarlas bien y hervirlas con su cáscara. La cantidad de agua debe ser apenas la suficiente como para cubrirlas.
– Pelar las patatas con un pela papas para no desperdiciar la parte más nutritiva, que es la cercana a la cáscara.
– Una gran forma de conservar las propiedades benéficas de las carnes y de los alimentos, es cocinarlos primero a fuego fuerte y luego bajar a mediano o mínimo. De esta manera, se sellan, es decir que cierran sus poros así y conservan más los jugos y nutrientes.
– Al cocinar las carnes, rociar la carne y no la sartén con aerosol vegetal para que el aceite no se queme en la cacerola, algo que no es saludable.
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