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Como hemos comentado en otras ocasiones, la sal es un producto presente en todos los alimentos que forma parte de una dieta saludable siempre y cuando se controle su nivel de ingesta.

Seis gramos es la dosis diaria recomendada para una persona que no padece ningún tipo de enfermedad. Si bien es posible recurrir a algunos productos para reemplazar a la sal, como especias o hierbas, también hay algunos secretos que vale la pena tener en cuenta para aprovecharlos al máximo.

Por un lado, es importante no llevar el salero a la mesa dado que es entonces cuando muchas personas salan el plato aún cuando los alimentos no requieren de este procedimiento.

Por otra parte, al momento de hervir verduras o fideos es importante agregar la sal cuando el agua entra en ebullición pues de seta forma se evita que al reducirse el agua los alimentos se salen de más.

Un factor importante para reducir el consumo de sal es tener en cuenta el tipo de alimentos que se compran. Es común que salchichas, fiambres, quesos y productos enlatados tengan un alto contenido de sal. También hay que leer detenidamente las etiquetas de los productos dado que en algunos casos si bien no contienen sal incluyen otras sustancias que poseen sodio como bicarbonato de sodio o citrato de sodio.