La primera vez que probé té verde fue hace más de 10 años, estudiando japonés. Esta variedad de té es oriunda de China aunque hoy es símbolo de muchas otras culturas asiáticas. El té verde se elabora solo con las hojas de la variedad Camellia sinensis y aunque de esta planta surgen otros tés cada uno tiene su propio método que determina distintos niveles de oxídación así que cada té es distinto.

En el caso del té verde sabemos hoy que trae grandes beneficios para el organismo y por eso mismo de un tiempo a esta parte occidente lo conoce y lo consume cada vez más. La medicina china utiliza el té verde desde hace siglos para tratar en especial los dolores de cabeza y la depresión pero hoy en día se conocen otras consecuencias positivas:

  • . el té verde es rico es EGCG, un poderoso antioxidante que ayuda a inhibir las células cancerosas, por ejemplo.
  • . ayuda a bajar los niveles de colesterol LDL en sangre al inhibir la formación anormal de coágulos en la sangre, lo que es doblemente bueno para evitar trombosis y a su vez ataques al corazón. De hecho, los japoneses, grandes fumadores, sufren menos ataques al corazón que los estadounidenses.
  • . mata la bacteria que ataca la placa dental así que  el té verde es bueno para la dentadura.
  • . se utiliza para tratar la artritis reumatoidea y las enfermedades cardiovasculares
  • . es bueno para reforzar el sistema inmunológico

De momento lo único malo del té verde es que contiene cafeína así que puede producir insomnio. Esta variedad de té la puedes conseguir en hojas o directamente en sobres o en polvo.  Para hacerlo correctamente el agua no debe hervir, debes dejarla descansar un minuto antes de usarla y después sí vuelcas las hojas dentro y dejas 5 minutos más. A la hora de servir las tazas no las llenes todas, una por una, sirve primero un tercio de cada una y después el resto, así el sabor estará bien distribuido. Y claro, nada de azúcar o azúcar, que así sientes el verdadero sabor.