Los nabos pertenecen a la familia de crucíferas y hay miles de especies. Contienen mucha agua, vitamina C, potasio, calcio, yodo, fósforo, beta-caroteno, folatos e hidratos de carbono aunque tienen muy pocas calorías. Hacen bien a las uñas, la vista, los dientes, los huesos, combaten infecciones y ayudan a regular el metabolismo, entre otras propiedades. ¿Comes nabo seguido? A los niños no suele gustarle mucho así que tal vez puedas probar con esta receta: nabos crujientes a la miel.

Ingredientes de los nabos crujientes a la miel

  • 1 kilo de nabos blancos
  • 2 cucharadas de harina común
  • aceite
  • 3 cucharadas de miel
  • 2 cucharadas de semillas de mostaza molidas

Preparación de los nabos crujientes a la miel

Primero pelas y cortas en bastones los nabos. Los hierves durante 5 minutos, les retiras el agua y los dejas secar unos minutos. Aparte mezclas las semillas de mostaza con la harina y después pasas por aquí todos los bastones. Los sacudes para retirarles el excedente.

Calientas el horno, colocas el aceite en una fuente grande, mejor que sean de teflón, y lo calientas unos minutos. Lo mejor es que los bastones no estén muy juntos, así se doran mejor, así que puedes usar dos fuentes de horno. Los mueves un poco y cocinas por media hora o hasta que los veas dorados y crujientes. Después les vuelcas la miel, los mueves un poco, sazonas con sal y listo.