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Yo soy partidaria de las dietas equilibradas. No me gustan los extremos, creo que no podría mantener mucho tiempo una dieta vegetariana o vegana, por ejemplo. Me parece que el ser humano es omnívoro por alguna razón así que mi dieta incluye un poco de todo. La idea es lograr un balance lo más saludable posible y que nos haga feliz, pues después de todo la comida y el comer nos brindan grandes momentos.

Empero, reconozco que hay comidas que no son saludables y que no deben estar, por lo menos seguido, en la dieta. He aquí 5 comidas que no deberíamos comer mucho:

  • Bebidas con azúcar y gas: las sodas o gaseosas no solo hinchan y tienen mucho contenido de azúcar (o sirope de maíz), también tienen muchos químicos (ácidos, por ejemplo), que afectan el calcio y otros minerales de nuestro organismo alterando en último caso el normal funcionamiento de hígado, riñones y hasta la composición de los huesos. Hay muchos estudios que relacionan el consumo de estas sodas con el desarrollo de diabetes y obesidad.
  • Fritos: si bien no hay estudios del todo conlcuyentes que relacionen los fritos con la aparición del cáncer, en especial al comer carne frita, la relación está sospechada de ser cierta.  Más allá de comer o no carne frita comer muchos fritos no hace nada bien.
  • Comida rápida: he oído decir a médicos que no hay que comer comida rápida, así de sencillo. Y en el caso de tener niños, una vez por semana es más que suficiente. Tiene mucha grasa, muchas calorías.
  • Harina blanca:  es mejor la harina integral porque la harina blanca está muy procesada, refinada, y eso significa que han tratado los granos con químicos y agentes blanqueadores que no son nada buenos. En su defensa debo decir que la harina blanca industrial tiene hierro, ácido fólico y otras cosas que los gobiernos obligan a inlcuir a las empresas y que eso, desde que es una obligación, ha repercutido positivamente en la nutrición de los pueblos.
  • Productos de panadaría y confitería: muffins, alfajores, bombones, caramelos, galletas, todo eso tiene aceite vegetal hidrogenado, margarina, azúcar refinada y muchos químicos de conservación. Más que comida terminan siendo inventos de laboratorio.

Yo como todo esto, pero no todos los días. Lo que planteo es que a veces es difícil hacer que desaparezcan de nuestra dieta de todos los días, así que si no podemos evitarlos la idea es que tengan un lugar cada vez más pequeño.