Hay que aprovechar que todavía hace calor para elaborar y comer platos frescos pues después, cuando llega el invierno, los postres se ponen cada vez más calóricos, ¿no es cierto? Bueno, el pomelo es una de las frutas mas amadas y odiadas pues o te gusta mucho o no te gusta nada. Hay gente que bebe su zumo así, sin una sola cucharada de azúcar y gente que adora el sabor amargo que tiene. Mi madre, por ejemplo, suele hacer la dieta del pomelo que, creo, implica beber una semana sólo zumo de pomelo como desayuno. Pero en fin, que no hay que ser extremos y bien podemos disfrutar de esta fruta en un delicioso postre: mousse de pomelo

Ingredientes:

. zumo de 2 pomelos grandes

. 1 yogur natural

. 1 cucharadita de miel

. 1 cucharada de agar-agar

. 1/2 cucharadita de fécula de maíz

. hojitas de menta

. gajos de pomelo

. 1 clara de huevo

Preparación:

Primero tomas una taza y disuelves la fécula de maíz en un poco del zumo de pomelo, después le agregas el resto y lo colocas sobre un fuego suave hasta que se espesa sin dejar de revolver. Le incorporas la cucharada de agar-agar, que antes has disuelto en un poco de agua fría, y sigues mezclando. Retiras del fuego y dejas enfriando.

Aparte, bates el yogur natural con la cucharadita de miel y lo sumas a la mezcla anterior. Lo último que agregas es la clara  montada a nieve. Mezclas todo con cuidado y movimientos envolventes, para no bajar la nieve, y colocas la crema en la refrigerador hasta que tome una buena temperatura helada. Y listo, después tienes tu mousse de pomelo para servir en copas con unas hojitas de menta como decoración.