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Somos lo que comemos. Es una frase que he oído muchas veces. ¿Puede lo que comemos mejorar nuestro rendimiento mental? Un deportista se alimenta de cierta manera así que es válido pensar que nuestro desenvolvimiento mental pueda mejorar a partir de lo que comemos.

Agua, ciertos alimentos, ciertas comidas del día, ciertos aperitivos, ciertas recetas. Si sabemos elegir podemos ayudar a nuestro cerebro a funcionar mejor, o eso es lo que piensan algunos teóricos de la buena alimentación. Veamos algunos tips de cómo la comida ayuda a un mejor rendimiento mental:

  • Agua: beber agua es importante para un buen funcionamiento renal que limpie nuestro cuerpo de impurezas, pero estar bien hidratado también nos ayuda a concentrarnos. Si nos falta agua en el cuerpo nos cansamos, nos da dolor de cabeza, bajamos nuestro nivel de alerta y por ende, perdemos el foco. Un vaso de agua al comienzo del día es una buena forma de despertar el organismo y si tenemos examen y podemos llevar una botella de agua, mucho mejor.
  • Alimentos: no hay un solo alimento que tenga todo así que hay que llevar una dieta balanceada y respetar las comidas del día, so pena de que nuestro nivel de azúcar en sangre baje. Así  hay que ingerir frutas, proteínas, agua, vegetales, granos y grasa en menos proporción.
  • Comidas: la publicidad nos dice hace tiempo que la comida más importante del día es el desayuno. Es cierto, aunque las culturas que cenan tarde no pueden comer tanto por la mañana. Un buen desayuno tiene carbohidratos que se asimilan lentamente (avena, granos, muesli) y algo de proteína (leche, yogur, huevos), para generar saciedad.
  • Aperitivos: los mejores para el funcionamiento de  nuestro cerebro y potenciar el estudio son las barras de cereal, la leche chocolatada y el zumo de fruta ya que elevan los niveles de energía. Las patatas fritas no son la mejor opción ya que no tienen mucha fibra y no sacian por mucho tiempo.
  • La cena: para dormir bien hay que comer bien pues el sistema digestivo ocupa horas en digerir la comida. Dicen los neurólogos que las neuronas que convierten la memoria a corto término en memoria a largo término trabajan mejor de noche, cuando dormimos. Por eso es necesario dormir al menos ocho horas y por eso conviene cenar tres horas antes de ir a la cama y no beber bebidas con cafeína (té, café, Coca-Cola, chocolate).