El colesterol, aquello de lo que nuestros abuelos no tenían noticia, hoy está presente en todas nuestras conversaciones cuando hablamos de comida. El colesterol es una mólecula grasa presente en todos los animales y humanos. Es parte importante de las membranas celulares y participa de la formación de hormonas. Existe el llamado “colesterol bueno” y “el malo”, el LDL y el HDL respecivamente. Si el equilibrio y las tasas de alguno está alterado se puede depositar mucho colesterol en las arterias y obstruirlas, favoreciendo así el proceso de ateroesclerosis y riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Lo mejor para bajar el “colesterol malo” es llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio físico. Lo primero se hace disminuyendo las grasas de orígen animal, comiendo más pescado, vegetales, frutas, cereales integrales y legumbres. El aceite de oliva virgen y el aceite de canola son buenos remplazantes del aceite de girasol, pero siempre podemos hacer un poco más:

  • consumir 2 cucharaditas de semillas de lino y chía por día. En yogures, ensaladas, por ejemplo.
  • consumir leche desnatada y yogur light
  • consumir queso blanco 0% de grasa
  • beber 2 litros de agua por día
  • comer frutas secas crudas, sin tostar
  • eliminar productos de bollería de tu dieta
  • convienen los caldos caseros o caldos dietéticos

No obstante, lo mejor es seguir las directrices de tu médico y controlar tus niveles de colesterol.