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La primavera y el verano siempre nos invitan a plantar flores, verduras, hortalizas, frutas o hierbas. Si tenemos un jardín, en él, sino en el balcón, en macetas. A mí me encantan las hiebras frescas  y cada tanto las repongo pues no duran eternamente. Aún así, algunas de ellas crecen y crecen y cuando llegan los primeros fríos me dan pena pues tendría que tener un restaurante para aprovecharlas.

Las hierbas frescas pueden almacenarse o guardarse un tiempo. ¿Cómo? Pues secándolas, congelándolas o manteniendolas en el refrigerador. Veamos cómo se hace:

  • Refriger hierbas: guardar las hierbas frescas en el refrigerador hace que se conserven más tiempo frescas pero no más de algunos pocos días. Lo mejor es usarlas rápido en salsas o marinadas. Las colocas en un vaso con agua o envueltas en papel de diario.
  • Congelar hierbas: colocar las hierbas en una bolsa o recipiente es otra opción pero este procedimiento suele amorotonar u oxidar las hojas y hace que pierdn aroma y sabor. Conviene guardarlas en aceite de oliva en porciones individuales (en una cubetera, por ejemplo).
  • Secar hierbas: las hierbas secas no son como las frescas pero aún así aportan en la cocina. Mucho mejor si ese procedimiento lo hacemos nosotros. La salvia, el romero o el tomillo, por ejemplo, pueden secarse en casa, las atas, las cuelgas boca a abajo lejos del sol y listo. Después las almacenas en frascos de vidrio.